La vida cobra sentido cuando hacemos lo que nos gusta y aparte nos pagan, así pensaríamos los amantes del deporte si practicáramos de manera profesional alguna disciplina deportiva.
El tiempo pasa rapidísimo aunque realmente los minutos siguen teniendo 60 segundos y los días 24 horas, lo que cambia es la manera en la que la disfrutamos o la sufrimos.
Las distracciones nos llevan a la pérdida de oportunidades, la falta o ausencia de objetivos podría hacer de nuestra existencia un proceso largo y tedioso, la rutina lo complejo de nuestras actividades laborales y/o cotidianas de igual manera nos llevan al hartazgo.
Pero ¿qué impide que seamos felices? Ciertamente nuestra cultura ha sufrido innumerables cambios lo que nos ha traído como consecuencia la pérdida de identidad, a veces rechazamos nuestros orígenes y nos acomplejamos ante otras.
El hombre llego a la Luna por el simple hecho de tenerlo en la mente, ahí esta la clave, pensar lo que nos haría felices para después trabajar en ello día a día sin pensar en nada más que nuestro objetivo, antes debemos dar un paso firme y dejar a un lado los temores e inseguridades, enemigos fieles del fracaso.
La gente que amamos el deporte hemos encontrado en el una válvula de escape y una herramienta bastante positiva para liberar el estrés y producir la llamada droga de la felicidad; las Endorfinas. Producidas por la glándula pituitaria y el hipotálamo en vertebrados durante el ejercicio, la excitación, el dolor, el consumo de alimentos picantes o el consumo de chocolate, por ejemplo, el enamoramiento y el orgasmo
La conexión entre atletas ya sean de tipo amateur o profesional no difiere mucho, buscamos objetivos similares, unos son remunerados económicamente y otros física y mentalmente, al final ambos enfrentamos nuestros demonios para dar siempre los mejor de nosotros mismos.
Así es la vida, una constante lucha contra el reloj, los obstáculos y la rutina, complicada como una maratón o un Triatlòn pero muy gratificante con cada logro y meta cruzada.
Cambiar nuestra actitud es una muestra de amor propio y de agradecimiento por el simple hecho de tener día a día una nueva oportunidad, nunca es tarde y nada esta perdido mientras creas en ti, inténtalo hoy verás que tu entorno será diferente; nos vemos en la meta.
Gio Estévez V.
@giovzrunner
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