La respuesta a la pregunta estará al final del escrito (NO TE ADELANTES A LEERLA POR FAVOR)… Pero por mientras, Helen Deutsch (1926) postuló que cuando ciertos montos de ansiedad se vuelven angustiantes, la situación deportiva provee condiciones ideales para liberarse de éstas sensaciones de peligro.
La descarga emocional es una función psicológica/mental que sirve para liberar la tensión originada por el exceso de energía «psicológica» (ansiedad, angustia, emoción, tristeza, etc.) la cual ya no puede ser contenida. Y un lugar en donde hay mucha presión es en el terreno de juego. A veces pareciera que los atletas se comportan como niños, ya que pueden perder el control o tomar decisiones poco maduras.
Ahora, en el deporte se ven implicados muchos aspectos agresivos. Pero ésta actividad provee una situación socialmente aceptada para éstos semblantes.
A esto Freud lo llama sublimación, que es una forma aceptada por la sociedad para expresar algunas aéreas obscuras de nuestra personalidad. En este sentido podríamos entender al deporte como una representación sublimatoria de impulsos, fantasías y deseos inconscientes agresivos (Gutiérrez 2009).
Pero ¿qué pasa en particular con los triatletas?
Aquí se me ocurren dos ideas.
La primera que puede ser una necesidad de sentir. Sentir el cuerpo no es tarea fácil, piensa en cómo se siente tu pie rozando con el calcetín, no lo habías sentido hasta que lo leíste ¿verdad? Ahora, hay mucha gente que incluso se le puede dificultar sentir cualquier tipo de emociones, por lo que se podría decir que su sistema psicológico orientado para sentir se encuentra «anestesiado», sentir las emociones es de lo más difícil que hay, pero sentir el cuerpo puede no ser una tarea tan difícil… al estar en una carrera larga (por ejemplo) los músculos nos comienzan a doler y entonces SENTIMOS nuestras piernas, pantorrillas, el cuerpo; esto le da al atleta un sentimiento de ESTAR VIVO, de estar aquí y ahora… de que existe… y esto es algo muy placentero y nos afirma que no estamos muertos, ya que hay gente que literalmente dice que «no se siente viva».
La segunda idea hace referencia con algo un poco más obvio, el deporte provee una situación que puede confirmar algunas habilidades. Muchas veces el triatleta NECSITA de ciertas pruebas físicas y concretas para autoafirmarse que «todavía puede». Pero esto no sólo aplica a «poder en el deporte», sino que muchas veces se puede estar pasando por un proceso emocional/personal difícil y el tener un logro deportivo tramita y compensa algunos sentimientos de minusvalía, incompletud o duda.
El deporte recorre toda el área de nuestra existencia, pero es el ego del deportista el que se regocija cuando gana o se angustia cuando pierde. Todas estas autopercepciones quedan grabadas en nuestro psiquismo como huellas mnémicas, de la misma manera que quedaron grabadas vivencias muy tempranas de nuestra infancia, y a veces pareciera que los jugadores reaccionan de la misma manera cuando fallan un penal que cuando su madre falló en darles contención o alimentación de pequeños.
Entonces ¿PARA QUÉ SIRVE EL PSICOANALÁISIS DEL DEPORTE?
Justamente para resolver estos conflictos que impiden nuestro verdadero triunfo; esto se explicaría de la siguiente manera: un atleta que tiene conflictos emocionales, realmente no compite por una meta personal pura, sino que intenta compensar o llenar ésa carencia, que puede ser de otra área diferente a la deportiva; aquella inseguridad, esa duda de «voy a lograr el éxito laboral, el éxito como padre,etc»
1. Deutsch, H. (1926). A Contribution to the Psychology of Sport. Int. J. Psycho-Anal., 7:223-227
2. Gutiérrez, I. (2009) Psicoanálisis y Deporte. Consultado en http://www.spm.org.mx/index.php?mod=spot&id=84 al 12 de enero de 2011
Mtro. William A. Wolff
Psicoterapia psicoanalítica
Psicoanálisis del deporte
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